Monstruas y centauras.

El feminismo está de moda. Pintalabios morados, camisetas con mensaje, tazas y hasta fundas para el móvil. Pero las modas, por definición, son pasajeras. ¿Nos negamos a convertir el feminismo en un bien de consumo o nos subimos a la cresta de la ola y cuando rompa ojalá hayamos llegado muy lejos? Estos y otros dilemas analiza Marta Sanz en su libro «Monstruas y centauras»

El feminismo está de moda. Pintalabios morados, camisetas con mensaje, tazas y hasta fundas para el móvil. Pero las modas, por definición, son pasajeras. ¿Nos negamos a convertir el feminismo en un bien de consumo o nos subimos a la cresta de la ola y cuando rompa ojalá hayamos llegado muy lejos? Estos y otros dilemas analiza Marta Sanz en su libro «Monstruas y centauras».

Es un libro de pequeño formato, lleno de notas al pie de página con incontables referencias al trabajo de otras mujeres. También hay hombres, por supuesto, pero ya sabéis: referentes, referentes, referentes. Desde las primeras páginas, me tiene ganada.

Para mí los libros son sagrados. Pero estoy aprendiendo que también son míos, y que una cita subrayada o una nota en un margen le dan el valor de conservar quién era yo cuando leí el libro. Aún me duele cada tímida rayita a lápiz, pero con Marta Sanz duele un poco menos: el libro está lleno de ideas brillantes que no quieres perder entre un mar de letras.

Las dudas sobre el ecofeminismo: la mística de la maternidad, y lo individual frente a lo colectivo (economía de subsistencia). El valor del movimiento Me Too sin olvidar que el camino debe ser el feminismo de clase y no el neoliberal. Me gusta su mirada escéptica. Sus dudas, expresadas en voz alta y sin dejar que sus propias contradicciones (todos las tenemos) le resten valor a su discurso. Su capacidad de tomar distancia, ver pros y contras, y que los contras no empañen los pros. Me gusta su escepticismo pero también su capacidad para esperar lo mejor.

Cuando lees sobre un tema que conoces, y yo sobre feminismo he leído bastante, a veces es complicado encontrar ideas frescas: todo termina sonando vagamente conocido, si no totalmente repetitivo. Pero no con Marta Sanz. Sus múltiples y variadas referencias al cine, la literatura y la prensa te dejan una inmensa lista de «tareas»: bucear en ellas. Pero no sólo eso, aporta términos nuevos (al menos para mí) con los que dotar de nueva energía los temas de siempre. Prosumo. Femenino funeral. Oclocracia. Glíglicos. Una lectura deliciosa e imprescindible.

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